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Con la inestimable colaboración de Ignacio J.

jueves, 15 de marzo de 2012

Empezando a fotografiar bodegones


A pesar de la dificultad que entraña un bodegón, no es difícil si no es para un uso comercial en el que ya se requieren más medios técnicos.
La clave de los bodegones es que el fotógrafo no se encuentra con nada hecho y debe “inventarse” la imagen, sin embargo, todo se deja a la imaginación del autor.

Tema, luz y composición son los tres pilares básicos.
Lo mejor es empezar con cosas sencillas, un fondo neutro y una sola luz. Los bodegones sencillos apenas son exigentes, vale cualquier cámara que permita al fotógrafo controlar la velocidad, exposición, balance de blancos…

Empezaremos trabajando con luz natural, la que entra por una ventana, y una cartulina blanca, plateada o espejo para rebotar dicha luz.

Los objetos adecuados para un bodegón son aquellos que destacan por su forma, el color y la textura son complementos. Debemos tener en cuenta que cuantos más elementos diferentes haya en la escena más dificultades nos encontraremos a la hora de obtener una fotografía armoniosa.

La perfección de los objetos suele ser obligada pero no imprescindible. Es recomendable utilizar objetos sencillos, unas flores, frutas, alimentos y los utensilios relacionados con ellos, también se utilizan objetos de uso común, herramientas, lápices, útiles de escritorio, etc. una lista tan extensa como la imaginación del autor.

Hay que tener muy en cuenta la ambientación. No caer en el error de mezclar elementos que vayan contra la lógica de la imagen. Si estamos fotografiando una botella de vino, no tiene ninguna lógica un tomate a su lado.

La composición.- Se debe conseguir guiar la mirada del espectador por la imagen, evitando imágenes caóticas y confusas. Un fondo neutro ayuda a éste propósito.

Es conveniente tener en cuenta la regla de los tercios (por todos conocida) y ordenar los elementos de forma que se consiga un adecuado reparto del peso visual.

Peso visual[1].-Zonas que intuitivamente las percibimos más “cargadas” y que tienen un determinado poder de atracción. Depende de los siguientes factores:
1. Ubicación
2. Tamaño
3. Color
4. Forma
5. Juego de Fuerzas
6. Equilibrio, Ritmo y Movimiento

Por supuesto, las normas están para saltárselas, pero siempre que las conozcamos bien y no den lugar a imágenes sin sentido, ni armoniosas.

Acabaremos hablando de la luz. Nuestra querida luz natural, la que nos entra por una ventana y que también podemos controlar. Se puede difuminar con una cortina, podemos controlar su dirección tapando ciertos puntos…

Como mejor funciona es de manera lateral y difusa, evitando la entrada del sol directo, aunque se pueden probar otro ángulos. Para resolver los problemas de contraste o sombras nos valdremos de una cartulina blanca, tela plateada, etc., que nos ayudará a rebotar la luz y suavizar esas sombras.

También nos podemos ayudar de un flexo o flases externos

Una iluminación de estudio válida para casi cualquier bodegón sería: una lateral difusa a 90º, una de relleno de forma simétrica a la mitad de potencia y una tercera cenital en ligero contraluz.